Mi despertar

"El libro es fuerza, es valor,

es poder, es alimento;
antorcha del pensamiento

y manantial del amor." 
(R.Darío)

<< Esta semana es especial>> decía la gente, así que aquel joven, lleno de asombro, comenzó a desarrollar un monólogo interno, propio de las novelas de Joyce. La conversación consigo mismo acabó con una cuestión: << ¿Qué tendrán estos días de mágicos?>> Nada más hacerse esa pregunta, exclamó en voz alta << ¡Se me había olvidado, hoy es 23 de abril!>>

Qué día más importante para las letras, le parecía imposible cometer semejante delito, tener tan enorme despiste. De este modo, reflexionó acerca de su infancia y se sorprendió con la benevolencia del paso del tiempo: en tan pocos años, su vida había cambiado a mejor.

El chico que él recordaba era un “ciego”, salido del ensayo de José Saramago; un crío con los “ojos cosidos”, arrojado de la Divina comedia a la realidad. Sin embargo, aquella “niebla blanca, como un mar de leche” se disipó de su retina, cuando decidió, por primera vez, leer de forma voluntaria.

Jamás imaginó que, en el momento en que cogió El escarabajo de oro, su mundo daría un giro inesperado. En realidad, le pareció un poco complejo empezar leyendo a Poe y a su “matemática tiniebla”. Sin embargo, descubrió que, aunque era de noche, podía ver el sol alumbrando a William Legrand. Pues a medida que avanzaba la historia, su habitación se iba convirtiendo en el escenario donde Legrand encontró su gran tesoro. Cuando terminó el relato, ya no sabía quién se había hecho más rico: en el tema económico, sin duda, el protagonista, pero, en cuanto a satisfacción y experiencia, aquel pequeño lector se sentía el hombrecito más afortunado de la Tierra.

Así, lectura tras lectura, consiguió formarse para ser un hombre libre el día de mañana y no acabar como un protagonista más de El señor de las moscas. Aprendió de García Lorca que LIBERTAD se escribe con mayúsculas; de Bécquer lo que significa poesía; de Neruda a sentir y a pensar; de Cervantes que la locura, en su justa medida, nos hace ser felices y de Heine que “allí donde se queman los libros, terminan quemando a hombres”

Entre todos estos autores y muchísimos más, aquel despistado, que pensaba en años anteriores, nunca olvidará, sea el día que sea, que con Poe aprendió a leer. Quizá, lector, te sorprenda saber que yo soy ese niño –de ya hace años- y ese joven que aún sigue manteniendo su afición por la literatura. Como dijo Mario Vargas Llosa, creo que algunas de las mejores cosas en la vida me han sucedido leyendo. Un día abrí un libro y vi mi futuro, desde entonces lucho por alcanzarlo. Ese es mi sueño, mi “Amor constante más allá de la muerte”.

Autor: José Ángel.

"Los libros me enseñaron a pensar 

y el pensamiento me hizo libre" (Ricardo León)

“De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo… Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”. Jorge Luis Borges." 

“Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”. Jorge Luis Borges. 

"Las palabras son sólo piedras puestas atravesando la corriente de un río. Si están allí es para que podamos llegar al otro margen, el otro margen es lo que importa." (José Saramago)