Cita

"¡Llora! Nadie nos mira.
Ya ves; yo soy un hombre..., ¡Y también lloro!"
(Bécquer)

lunes, 9 de febrero de 2015

De noche e invierno



Como un barco, atraca la noche en mitad de la tierra,
la noche, de bruces como la flecha de un arco.
Me ovillo en su proa como un marino con miedo,
no existe la piedad con el invierno en tus manos.

Solo eso: es de noche e invierno y estoy triste,
y así, muy triste, navego por mares lejanos
desafiando la lejanía de cuando en cuando,
y cruzando el límite de todo lo que existe.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Cómo llenarte, soledad

«¡Juventud nunca vivida 
quién te volviera a soñar!»
(Antonio Machado)

«La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?»
(Rubén Darío)

Quizás el mundo fuese demasiado grande para caminar con unos zapatos tan pequeños. Margarita nunca lo había reflexionado antes. Había sido un día confuso, de los que crees que has llevado a cabo infinitas actividades y, sin embargo, sientes que algo te falta por vivir todavía, que desaprovechas el tiempo y que, en cierto modo, te despides con cada palabra. La noche callaba mientras las mantas entonaban una suave y cálida nana. La luz de la habitación ya se había dormido, los libros reposaban hasta el día siguiente y la ropa se había acostado sobre el escritorio.  Sin duda había lugares mejores, pero este también servía para que la camiseta y el pantalón no se arrugaran. Margarita permanecía despierta.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Metafísica de la humanidad

«Era sencillamente deseo de viajar; deseo tan violento como un verdadero ataque, y tan intenso que llegaba a producirle visiones». 
Thomas Mann; La muerte en Venecia




Me dijo un anciano:


Dicen que fui actor en más escenarios que los que ofrece el teatro. Dicen que me gané un nombre, que me gané varios. No te voy a mentir: nunca me he visto deslumbrado por los focos en aquellas pequeñas elipsis interpretativas que abren las cortinas rojas frente al público. No soy (desde luego) un hombre de academia, disciplinado, que pueda pavonearse de arrasar la estela de este o de aquel. Moriría: eso no es más que atragantarse. Hay quien escribe una novela y deja su rastro para siempre en este mundo, hay quien toma un papel y da a luz las sombras que la imaginación no llega a sublimar. No hay nada más maravilloso que la ficción pero yo defiendo que puede ser algo aún más denso, la belleza arrancada de la mano de los hombres y sepultada en las nubes y los océanos de un suspiro no es solo una bocanada del paraíso de lo-más-acá, un instante que resbala por las delgadas líneas del tiempo como la fuerza de las manos de un pianista que sabe que en cualquier momento, quizá en una hora, quizá en minutos, llegará la última nota. Creo que la ficción, como la belleza, merece un lienzo mucho más grande, algo infinito, creo que merece la vida.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Locus amoenus

El ambiente gélido mitiga la eficiencia de mis sentidos, y mis oscuras prendas, húmedas de agua helada nacida de la cima, incrementan su escaso protagonismo vistiéndose de inconveniente. El sol brilla con mesura tras transitorios y traslúcidos algodones celestes, tácito, apartado, inmerso en su trayectoria como si de una vieja gloria se tratase, y mientras tanto el río fluye ante mí como la vida: calmo, mas sin demora.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Memorias de una caja de música


Alguien me debió de amar mucho, tanto que me hizo para siempre; alguien debió de descargar contra mí su ira, pues me robó la sangre y los huesos; alguien debió de verme realmente bella, como un trofeo, me llevó consigo y no me soltó jamás; alguien debió de enfermar conmigo, quizá por puro egoísmo me clavó al suelo y me encerró entre maderas… y quizá todos ellos sean la misma persona.

sábado, 18 de octubre de 2014

Contraprescripción de amor

«Quién con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti».
Friedrich Nietzsche

«Nunca amamos a nadie: amamos, solo, la idea que tenemos de alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos».
Fernando Pessoa

«Las almas ruines sólo se dejan conquistar con presentes».
Sócrates

«Cuando se está enamorado, comienza uno por engañarse a sí mismo y acaba por engañar a los demás. Esto es lo que el mundo llama una novela».
Oscar Wilde

«El más irreprochable de los vicios es hacer el mal por necedad».
Charles Baudelaire

«Si esta es vuestra forma de amar, os ruego que me odiéis».
Molière


Es y pudo haber sido, y fue y se fue y no vino ni recordó aunque conservó tu nombre y lo clavó en la piedra, en la tierra, en las flores y en las únicas palabras que dejó y en la única vez que volvió para no volver. Ella, él, aquello, renovado, vivo, nuevo, trepando a un foso, cruzando el río, dejándote atrás, dejándote fuera, estando muy dentro, haciéndote, rehaciéndote, estimando, sobrestimando, desestimando y tomando el timón y navegando y viviendo poco a poco a largos trazos, troceando el cielo en el único abrazo de su existencia. Es el día en que construyes de la tristeza un barquito, lo llamas amor y lo lanzas al mar con cañones, fusiles, espadas, pistolas, ratas, traidores, ladrones, pestes, miserias, lamentos, olvidos, perdones, otoños, inviernos, heladas, tormentas, castigos, iras, venganzas, fiebres, venenos, errores, faltas, causas, juicios, inmundicia, codicia y quizá, alguna buena intención que se acaba perdiendo en el cascarón negro del que te has deshecho para poder vanagloriarte del corazón carnoso y sangrante que tienes en tus manos y llamas tuyo aunque necesites arrancarlo del pecho ajeno.