Me elevo. Subo
hacia las nubes y coloco más allá mi límite. Me extiendo tanto como la
naturaleza y mire donde mire veo arte. Desde donde estoy puedo ver que todo es
perfecto.
Ya no llegan
hasta mí los ecos del dolor, porque ya nada de eso puede afectarme. Todo ha
pasado. A veces necesitas alejarte para poder verlo todo con perspectiva, quién
sabe, kilómetros en materia física; días, meses o años en la distancia del
tiempo.
Lo bueno de
estar tan arriba es que aquí solo viene lo que realmente es capaz de llegar
alto. Las mentiras, las traiciones, los arrepentimientos,… todos pesan
demasiado. Aquí puedo decir por primera vez que veo la verdad, que realmente sé
qué camino seguir porque sé cuál es el correcto.
Todo lo nuevo
que veo me fascina porque es bueno, veo todo lo que merece la pena. Nada tiene
máscara. Nada puede engañarme. Ya los secretos no son trampas, sino sorpresas. Si
me contagian algo, es la risa. Si libro batallas, lo hago contra el miedo. Si
silencian mi voz, siempre es con un beso.
Formo parte
del canto más bello que jamás haya existido, mucho más que el de cualquier jilguero
o ruiseñor. Quién sabe, quizá sea un pájaro, quizás; así, todo esto tendría
explicación… Tanta felicidad no puede ser humana porque los humanos jamás hemos
construido nada tan sólido, tan de verdad. Quién me lo iba a decir, las nubes
no estaban tan lejos.
Es tan fácil
ser feliz… pero, ay, es tan difícil hacer las cosas fáciles… Es duro dejar que
todo fluya más allá de tus fuerzas, dejarse llevar, cerrar los ojos, abandonarse
a vivir y emborracharse de vida. Hacerse humilde y elevarse como lo que somos,
una mota de polvo más… pero, ay, es tan difícil quitarse el lastre del orgullo…
Quizás esa sea la clave, porque existe una clave; créeme, existe la victoria
aunque todavía no hayas ganado.
¿Que cómo lo
sé? Porque es lo que me mantiene en pie, es mi fuente de inspiración. No he
ganado, ni siquiera veo la meta, pero, ¿qué sentido tendría todo el trayecto si
no condujera a nada mejor? Todo lo que he descrito no me ha pasado pero tengo
fe en que es verdad, en que todos valemos más que nuestros problemas. Prueba de
ello es que puedo hablar de felicidad aun siendo un juguete roto, una roca
pesada todavía fija al suelo e incapaz de elevar la mirada.
Pero sé que
tiene sentido, necesito creer que tiene sentido. Elevarse, subir hacia las
nubes. Subir sin más, sin mirar atrás ni para darse impulso, sin más
preocupación que la de llegar a lo más alto.
Lo sé, sé que
no he ganado, pero tal vez he ganado. Quizá solo necesite un poco de nubes o un
poco de Sol, alejarme para que mis ojos puedan abarcarlo todo y entonces
entenderlo.
Al fin y al
cabo, si existe el cielo es que podemos llegar a él, porque nada de lo que
merece la pena nos ha sido negado.
Autora: Cristina
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"Si la libertad significa algo, será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír".
(George Orwell)