Cita

"¡Llora! Nadie nos mira.
Ya ves; yo soy un hombre..., ¡Y también lloro!"
(Bécquer)

sábado, 9 de noviembre de 2013

Oda


Me elevo. Subo hacia las nubes y coloco más allá mi límite. Me extiendo tanto como la naturaleza y mire donde mire veo arte. Desde donde estoy puedo ver que todo es perfecto.

           Ya no llegan hasta mí los ecos del dolor, porque ya nada de eso puede afectarme. Todo ha pasado. A veces necesitas alejarte para poder verlo todo con perspectiva, quién sabe, kilómetros en materia física; días, meses o años en la distancia del tiempo.

Lo bueno de estar tan arriba es que aquí solo viene lo que realmente es capaz de llegar alto. Las mentiras, las traiciones, los arrepentimientos,… todos pesan demasiado. Aquí puedo decir por primera vez que veo la verdad, que realmente sé qué camino seguir porque sé cuál es el correcto.

Todo lo nuevo que veo me fascina porque es bueno, veo todo lo que merece la pena. Nada tiene máscara. Nada puede engañarme. Ya los secretos no son trampas, sino sorpresas. Si me contagian algo, es la risa. Si libro batallas, lo hago contra el miedo. Si silencian mi voz, siempre es con un beso.

Formo parte del canto más bello que jamás haya existido, mucho más que el de cualquier jilguero o ruiseñor. Quién sabe, quizá sea un pájaro, quizás; así, todo esto tendría explicación… Tanta felicidad no puede ser humana porque los humanos jamás hemos construido nada tan sólido, tan de verdad. Quién me lo iba a decir, las nubes no estaban tan lejos.

Es tan fácil ser feliz… pero, ay, es tan difícil hacer las cosas fáciles… Es duro dejar que todo fluya más allá de tus fuerzas, dejarse llevar, cerrar los ojos, abandonarse a vivir y emborracharse de vida. Hacerse humilde y elevarse como lo que somos, una mota de polvo más… pero, ay, es tan difícil quitarse el lastre del orgullo… Quizás esa sea la clave, porque existe una clave; créeme, existe la victoria aunque todavía no hayas ganado.

¿Que cómo lo sé? Porque es lo que me mantiene en pie, es mi fuente de inspiración. No he ganado, ni siquiera veo la meta, pero, ¿qué sentido tendría todo el trayecto si no condujera a nada mejor? Todo lo que he descrito no me ha pasado pero tengo fe en que es verdad, en que todos valemos más que nuestros problemas. Prueba de ello es que puedo hablar de felicidad aun siendo un juguete roto, una roca pesada todavía fija al suelo e incapaz de elevar la mirada.

Pero sé que tiene sentido, necesito creer que tiene sentido. Elevarse, subir hacia las nubes. Subir sin más, sin mirar atrás ni para darse impulso, sin más preocupación que la de llegar a lo más alto.

Lo sé, sé que no he ganado, pero tal vez he ganado. Quizá solo necesite un poco de nubes o un poco de Sol, alejarme para que mis ojos puedan abarcarlo todo y entonces entenderlo.

Al fin y al cabo, si existe el cielo es que podemos llegar a él, porque nada de lo que merece la pena nos ha sido negado.
 
 
 
Autora: Cristina

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"Si la libertad significa algo, será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír".
(George Orwell)